Twittear
Llevan
cuatro años informándonos sobre la situación apocalíptica de una
crisis del modelo económico capitalista, de una crisis social en
todos los ámbitos, y de una grave crisis ambiental. Llevan cuatro
años diciéndonos que estamos viviendo-sufriendo una situación
excepcional, y que como sociedad, como grupo, como pueblo debemos
“apretarnos el cinturón”, para seguir utilizando ese precioso
eufemismo tan extendido por medios de comunicación y políticos.
¿Qué
es lo que ha pasado? ?¿Cómo hemos llegado a esta situación? Son
muchas las palabras que podríamos escribir a este respecto, y muchas
más las que deberían dar como respuesta las personas encargadas,
los autores que nos han conducido de cabeza a esta situación debido
a sus malas gestiones como responsables.
Pero
considero que “es demasiado tarde para ser pesimistas” como dicen
en la peli-documental “Home”, y si bien es cierto que dichos
responsables deberían dar la cara ante la justicia y explicar al
pueblo el por qué de sus decisiones y asumir su grado de
responsabilidad, también es igualmente cierto que es hora de dar un
paso más allá, y no quedarnos en la autocompasión ni buscar
culpables para llevarlos ante la hoguera y saciar nuestra ira. Pero
no solo quedarnos con eso, puesto que al final estaríamos
manteniendo la misma situación, seguiríamos aceptando las mismas
reglas de juego que nos han abocado a esta situación. Y lo que es
más importante, no estaríamos siendo todo lo sinceros que
debiéramos ser, puesto que la crítica hay que hacerla en su
totalidad, es decir, debemos hacer auto-crítica.
Todos
tenemos parte de responsabilidad en lo que está ocurriendo, puesto
que la pasividad que ha gobernado durante tanto tiempo la inmensa
mayoría de mentes de este país es en cierto grado, igualmente
responsable de la situación de crisis general que estamos
padeciendo. Tal como ya dijo de forma magistral Erich Fromm en su
libro “Miedo a la libertad”, toda libertad conlleva una serie de
responsabilidades que debemos asumir, puesto que sino, nos vemos
abocados al libertinaje. Hay que ser conscientes de este deber cívico
que hemos abandonado a su suerte, de nuestro papel en esta situación.
Entonces,
una vez hemos pensado, reflexionado y llevado a cabo una labor
esencial de auto-crítica...¿qué? ¿qué hacemos? ¿cómo doy
salida a estas emociones, a esta sensación tan bien definida por el
filósofo Heidegger como “abismática”, de terror paralizante
ante el abismo que se nos presenta? Es aquí donde entra en juego,
como el personaje principal de esta obra, el tema que hoy a miles de
personas nos une: The Power of WE.
Y sí,
utilizo las mayúsculas para referirme al WE muy conscientemente,
porque es la salida, pero al mismo tiempo es algo más. Esta manera
de entender el nosotros como colectividad nos lleva a nuevas formas
de interactuar, de relacionarnos, de establecer lazos entre tod@s,
que pueden llegar a configurarse como nuevas formas de vida, nuevas
realidades. Considero que este nosotros puede ser la ventana abierta
que buscamos, el remedio que anhelamos a esta época de impás, de
crisis que vivimos.
Creo
que este WE, este NOSOTROS es nuestra utopía, pero entendiendo este
término no ya como un mundo idealizado, inexistente, que nunca
llegará a ser, sino más bien como un modelo a seguir, un ejemplo
que nos arroja luz en la oscuridad, un referente que nos inyecta
energía hacia el cambio. No se trata ya de un imposible, sino de un
futuro que aun no ha llegado, pero mientras lo hace, nos anima a
seguir, y nos marca ciertos límites, ciertas coordenadas para que no
nos perdamos por el camino. Este es el sentido positivo, creador,
innovador, de acción que subyace a la utopía, y que creo que se
encuentra inherente al tema que aquí hoy nos ocupa: The power of WE.
Y la
utopía que debe guiar nuestros caminos es el poder de ese nosotros.
Por que este WE viene de la mano de la Creación, de la Imaginación,
del Caminar. Es la hora de aprovecharnos de lo que este sistema nos
ofrece: los medios de comunicación, las redes sociales, los lugares
de encuentro. Y el siguiente paso es hacerlo nuestro.
El
paso que debemos dar es unirnos, es encontrarnos, hablarnos, para así
tener a alguien a nuestro lado y poder crear. Juntando nuestras
fuerzas, juntando nuestras habilidades, juntándonos, los unos con
las otras, para así imaginarnos otras maneras de entender el mundo,
cada uno en su campo de actuación, cada uno haciendo aquello que
mejor sepa hacer, esa es la manera como mejor podemos combatir esta
crisis.
Pero
es que the power of we cruza los límites de este beneficio a corto
plazo, para llegar a ser un valor en sí mismo.
Las
alianzas, las uniones, las asociaciones, los pactos, los
acuerdos....que se están gestando ahora, que están dando sus
primeros pasos o incluso aquellos que ya llevan algunos años nos
demuestran que se pueden hacer las cosas de forma diferente, que es
posible cambiar. Y lo más importante, que acaban siendo ejemplos
transformadores, modelos de ese cambio radical hacia patrones más
cuidadosos con el medio ambiente, más justos socialmente, más
respetuosos para con nuestros compañer@s de planeta...
Ya es
hora de demostrar que los paradigmas económicos, sociales, de
valores que se nos han vendido como los únicos posibles, realmente
no lo son. Existe otra forma de hacer las cosas. Estos nuevos
proyectos transformadores de la realidad, son beneficiosos en lo
económico, y aportan otro tipo de ganancias, una calidad de vida que
tristemente hemos dejado de lado, una vuelta a nuestras raíces más
paleolíticas de unión, de grupo, de respeto por lo que nos rodea,
que ayudan a construir la felicidad.
The
power of we es para mí la utopía que guía mi vida, es un ejemplo
transformador de la realidad hacia lo que quiero, creo y anhelo: la
unión entre las personas para imaginar y construir juntos nuevas
realidades.